El mes pasado decidí volver a utilizar los blogs con mis alumnas y, en general, funcionó bastante bien. Se trataba de una clase de composición en la que nos reuníamos dos horas diarias todos los días en clase y dedicábamos un espacio (unos 15 minutos y no todos los días) a comentar cómo estaba funcionando el trabajo con los blogs. Además comentábamos algunas cuestiones, como errores que cometían y que yo consideraba pertinentes en ese momento.
Las entradas que ellas escribían en el blog tenían relación con asuntos que tratábamos en clase o con tareas que yo les manadaba (composiciones, en general. Es decir, utilizamos los blogs principalmente, como un lugar donde loas alumnas realizaban los deberes. Estos blogs no tienen mucho sentido verlos desde fuera, ya que se trataba de una actividad relacionada con la clase.
A través de los comentarios yo corregía algunas cosas y comentaba otras. Sin embargo, no conseguí que las alumnas se escribieran entre ellas (salvo un intento de quedar para ir a la iglesia…), ¡pero era normal puesto que se veían todos los días!