«El ordenador me va más rápido desde que tengo Ubuntu», afirma Filo Ferrer, una abuela prejubilada, de 64 años, que vive en Manlleu (Barcelona). Ferrer pasa las horas entre su afición al ganchillo y la costura y la navegación por Internet, que la ayuda a entretener a sus nietos: «Tengo tres. La pequeña, de un año, nada más llegar a casa me señala el ordenador para que le busque canciones. La de tres años me pide princesas Disney y Hello Kitty. Y el mayor, de cinco años, héros de los dibujos animados».
Sus hijos le instalaron Ubuntu hace dos años y asegura no haber notado el cambio: «No he tenido ningún problema, aunque para las pocas cosas que hago tampoco era para notarlo mucho». La abuela usa mayorariamente el navegador Firefox y el cliente de correo Thunderbird, que ya usaba en sus versiones para Windows cuando tenía instalado este sistema operativo, por lo que el cambio ha sido mínimo, al tratarse de los mismos programas pero con una base diferente.
La única pega que le encuentra es, dice, «la gran cantidad de actualizaciones que me mandan continuamente». Aún así, afirma que desde que tiene Ubuntu usa más el ordenador: «Hace poco busqué y contraté un hotel para irnos al Rocío con unos amigos, miro algún blog, ayudo a una amiga muy viajera a buscar hoteles, intercambio mails con algunas personas y guardo mis recetas en el ordenador».
Escrito por Mercé Molist: Una abuela con Ubuntu.