Cada día descubro nuevos blogs de ELE en los que profesores cuentan lo que les sucede en clase o lo que opinan sobre tal asunto, nos muestran y explican experiencias, nos informan sobre noticias y acontecimientos “ele” y, en realidad, muchas más cosas.
Recuerdo que este blog empezó con el objetivo de ir escribiendo sobre mi proceso de realización de mi Memoria del Máster de ELE y entonces no tenía previsto continuar escribiendo una vez terminara mi práctica. Pero desde el momento en el que empecé a publicar entradas pasaron varias cosas. Todo empezó aquí, cuando sin darme cuenta empecé a formar parte de la blogosfera ELE. Entonces los blogs que podía poner en mis enlaces cabían perfectamente en la lista de la derecha (ahora me planteo hacer como Emilio Quintana) e incluso recordaba los nombres de los blogfesores que me escribían comentarios y también sus blogs. Entonces ni siquiera sabía lo que era la sindicación (suscripción) de contenidos ni los lectores de noticias (no sé muy bien si no lo utilizaba porque no lo conocía o porque no me hacía falta, supongo que por ambas). Y cuando utilicé los blogs con mis alumnos por primera vez no me planteé el uso de otras herramientas 2.0 que puede que hubiera resultado útil integrar en los blogs de la práctica. Y cuando hablaba con mis compañeros de trabajo de los blogs en la clase de ELE no mostraban demasiada confianza –y menos aún lo hacían los alumnos al principio-. De todo esto hace aproximadamente un año. Ahora muchos de estos compañeros tienen blogs en los que escriben sobre asuntos varios relacionados con el mundo de ELE -o no- y se utiliza en muchas clases y en muchas escuelas de ELE. Me comentan algunos que así los alumnos aprenden más y que lo están haciendo en varias escuelas (ay).
Este rápido ritmo de crecimiento de la blogosfera de ELE me hace pensar y plantearme muchas cosas sobre los blogs y sobre el papel que están teniendo en el mundo de ELE. Quizás, como dice Tíscar Lara, sea momento de dar explicaciones sobre lo que estamos haciendo con esta herramienta.
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¡Cómo me ha gustado recordar viejo (no tanto) tiempos!
Espero con impaciencia el siguiente episodio. Suerte con la memoria de máster y un saludo.