Conspiración 2.0 y valores educativos

Dibujo de Mauro Entrialgo.

Todavía nos encontramos a veces con preguntas del tipo: “en tus clases, ¿aplicas un método tradicional o utilizas las nuevas tecnologías?”.

Con los avances en internet y con el concepto de «web 2.0″han aparecido muchos términos nuevos, algunos necesarios y otros no. Algunos como respuesta a una realidad y otros como causantes de ésta. Y muchas veces se crean conceptos sobre algo que se dice que está pasando, aunque no sea verdad. Esto ha ocurrido en asuntos tan variados como el márketing, la publicidad, el terror del 11 S o la Movida Madrileña.

Los nuevos conceptos suelen ser poderosos y muchos se apropian de ellos para redefinirlos y adaptarlos a sus necesidades, lo cual no tiene por qué ser algo positivo siempre.

  • Pues yo lo siento por Mauro Entrialgo, que estuvo hace poco por Holanda grabando un clip vestido de conejo, pero su dibujo es una chorrada. ¿Cuál es el problema de la transparencia?

    En la primera viñeta lo que no funciona es la burocracia. En la segunda viñeta hay un ejercicio de libertad que solo en España puede llamar la atención. El País traía este domingo un artículo sobre el tema llamndo la atención sobre la anomalía española, que Suecia tiene resuelta desde… 1776: http://pda.elpais.com/index.php?module=elp_pdapsp&page=elp_pda_noticia&idNoticia=20080503elpepisoc_1.Tes&seccion=soc

    No hay libertad ni democracia sin la mayor transparencia de los datos que libremente quieran compartir los ciudadanos.

  • Lo que Mauro critica en la segunda viñeta es la inconsciencia de algunos a la hora de dar datos personales demasiado alegremente. Unos datos que luego serán usados en estudios de mercado y en herramientas de marketing para vendernos mejor. Esos datos valen dinero, tienen valor de mercado, y nosotros los damos gratis y demasiado a la ligera.

    El artículo de El País habla del acceso de los ciudadanos a la información y datos de las administraciones públicas, cosa que está muy bien, pero que no tiene relación con el tema.

  • Yo el ejercicio de libertad del que habla Emilio lo veo, está claro que nadie te obliga a meterte en redes sociales y a rellenar todas sus casillas, pero aun así me pregunto, pensando en facebook, si todas las aplicaciones, chuminadas, gadgets o como quiera que se llamen no estarán sirviéndole a «alguien» (la teoría de la conspiranoia es poderosa) para conocer hábitos de consumo, de ocio, etc, etc.
    De hecho hace poco leí un artículo sobre facebook y me quedé un poco mosca.
    Una cosa es la transparencia (que tendría que existir en el gasto público, por ejemplo) y otra es el abuso.
    saludos!

  • Veo que el tema de datos personales y redes sociales podría dar para otro post.

    Lo de si los datos que ofreces están sirviéndole a alguien para conocer hábitos de consumo… No sólo es eso. En la publicidad online, cada dato que te permita afinar un poco más tu público objetivo vale dinero. Me explico: una campaña de anuncios en facebook vale X. Una campaña sólo a mujeres vale X+Y, y una campaña que se dirija a mujeres solteras de Ohio que les guste montar en bici vale X*1000. Cuestiones de privacidad (busca Facebook Beacon) aparte.

  • Querida Lola, ya iba siendo hora de que se hiciera visible la diferencia entre una libertaria y un libertariano. Es muy simple, un individuo es totalmente libre de proporcionar cuanta información personal quiera, igual que es libre de drogarse o tirarse por un puente, asumiendo su propia responsabilidad y en uso de su libertad.

    En cuanto a que esos datos «serán usados en estudios de mercado y en herramientas de marketing para vendernos mejor. Esos datos valen dinero, tienen valor de mercado, y nosotros los damos gratis y demasiado a la ligera.». Pues me parece muy bien. ¿Qué hay de malo en ello? Yo compraré lo que quiera si me interesa y si no simplemente no lo compraré. Esa es la libertad de mercado y si mis datos pueden servir para diseñar mejores productos, pues encantado de la vida. Por favor, usen mis datos como quieran, es mi mensaje.

    Sin embargo, lo que más me llama la atención de lo que dices, es lo que no dices. Resulta que te preocupa la gestión de la propia identidad y el uso de esa identidad en el mercado (cosa de la que soy partidario acérrimo)… Y sin embargo, no dices nada de algo tan aberrante como el DNI franquista, ejemplo absoluto del control de Papá Estado, que se apropia de todos nuestros datos y que continuamente nos somete con ellos a un chantaje permanente y hace negocios continuos a nuestra costa. La mayor amenaza a la libertad la constituye una base de datos obligatoria del gobierno que nos contiene a todos.

    El artículo de «El País» por tanto, me parece absolutamente conectado con lo que digo. Es una vergüenza que hables del «acceso de los ciudadanos a la información y datos de las administraciones públicas»… Con todo el respeto, Lola, eso es lo que Hayek llamaba «espíritu de servidumbre». O sea, nos secuestran los datos personales a través del DNI y encima debemos solicitar acceso a los datos de bla bla bla… En Suecia desde 1776 o en Holanda los datos de lo que llamas «administraciones públicas» son eso, públicos, y cualquier los tiene a su disposición.

    En fin, está claro que mi visión es favorable al mayor espacio de libertad individual posible. Y desde luego estoy encantado con que todo el mundo haga negocios con los datos que yo libremente proporcione. Así progresan las sociedades. La española parece que lleva 200 años de retraso, y parece que el mensaje estatista ha calado. Lógico en una sociedad que acepta sin rechistar un registro personal obligatorio como el DNI fascista, que ni existe en Holanda ni en Suecia ni en ningún país libre.

  • Claro que no hay nada de malo en dar los datos que quieras. El problema es que la gran mayoría no son conscientes a la hora de dar esos datos, como ya he dicho antes. Como ejemplo tienes el comentario de Pepita Pulgarcita.

    Para mí, la libertad implica ser consciente y responsable ante lo que se hace. Si se quiere que los datos personales sirvan a otros para tal cosa, perfecto. Pero si no es así o no sabes antes qué van a hacer con tus datos…yo no lo llamaría libertad.

    Y lo del DNI…ya es otro tema, pero bueno, siguiendo con la idea de antes, simplemente creo que lo importante es que se sepa qué puede implicar el DNI, (el franquista, o el del chip de ahora), el pasaporte o coger una bici del servicio de bicis de tu ciudad.

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