¿Todavía se habla de "nativos e inmigrantes digitales"?

¿Es necesario a estas alturas seguir hablando de nativos, no nativos e inmigrantes digitales, conceptos de los que se empezó a hablar con el boom de las nuevas tecnologías en educación?

Leo en Ptqk_blogzine que Jorge del Río habla de la brecha digital y define a los nativos digitales como a) se conectan cada día, viven online y producen contenidos y b) son menores de 44 años.

Tengo 28 años. Hasta los 18 años no hubo conexión a internet en mi casa y todavía recuerdo los ruidos del módem al conectar y la frase «lola, la yaya se ha pasado horas llamando y dice que no paramos de comunicar». Claro, tampoco teníamos móvil. Hasta hace bien poco grababa cintas de cassete (bendita doble pletina), VHS con los conciertos de radio3 y los cortos de la 2. En mi 22 cumpleaños me regalaron un reproductor de CDs. Está claro que de nativa digital no tengo nada. En todo caso del VHS.

La mayoría de mis alumnos sí han nacido o han tenido internet, móviles, mp3, mp4, iphones…Y sin embargo llevo ahora tres semanas para que utilicen Googlemaps, para que inserten una foto suya en una entrada del blog, para que utilicen GoogleDocs o para ayudarles a resolver mil problemas técnicos (muy básicos).

¿Sirve de algo seguir hablando de nativos digitales?

Presentación del taller de Conocimiento y tecnología libres. Software libre y Educación.

Ésta es la presentación del taller sobre Conocimiento y Tecnología libres, Software libre y educación que presenté el pasado viernes en la UAB IDIOMES:

Para seguir leyendo sobre el tema:

Good Copy, Bad Copy

Creative Commons (vídeos)

Licencia tu trabajo

Software libre y educación en Educared

Por favor, pirateen mis canciones (I. Escolar)

Volviendo a la Zona de Desarrollo Próximo

Por lo que se ve y cuentan los libros de Ciencias Naturales, las nubes pueden ser de cuatro tipos atendiendo a su forma: cirros, cúmulos, estratos o nimbos. Esta clasificación se nos revela en el colegio, cuando uno tiene entre diez y doce años y, como tantas otras clasificaciones que se nos revelan en el colegio, contradice un montón de cosas. Hasta este momento, las nubes, atendiendo a su forma, podían ser de muchos más tipos. Podían ser balones pinchados, maletas abiertas, soldados bailando, mujeres que fuman en pipa…Una cosa es segura, nadie veía ni cirros, ni cúmulos ni nada parecido.
Cuando eres pequeño y nadie te dice lo que tienes que ver, ves lo que quieres. En las nubes y donde sea. Después, en el colegio, te cuentan que las cosas no son como tú quieres verlas. Todo se iguala, se uniforma. Uno crece alegremente viendo las maletas en el cielo y los futbolistas que rematan con la cabeza, hasta que un día llega un listo que encima es maestro y te dice que no, que de futbolistas nada, y que eso que ves en el cielo puede ser como mucho un estrato o un cirro…pero nada más. En eso consiste la virtualidad.
(…)
La realidad real, sin embargo, tiene muchas más ventajas. Es más barata, más creíble, y lo que la hace más hermosa, se puede compartir (esta última característica hace también más hermosas otras cosas, como la comida, los secretos o las camas).

F. León de Aranoa, “La realidad real”, revista Academia nº 9 (1995)